La gran cantidad de contagios en los planteles de los equipos de Primera División obligó a la AFA a decretar la vuelta a Fase 1 pero, tal como admiten dirigentes, «lejos de la suspensión» de la actividad.
La vuelta a Fase 1 significa que los futbolistas deberán ir a entrenarse en sus autos, no se podrán bañar en los vestuarios sino al regresar a sus casas y que no habrá concentraciones, entre otras medidas. Esto es para la Primera División y las categorías de Ascenso.
«Ocurre en el fútbol y en la sociedad. Estamos en un momento muy difícil. Volvemos a como estábamos el 10 de agosto. No podemos estar con un revólver detrás de cada club o de cada dirigente», dijo Nicolás Russo al finalizar una reunión de Comité Ejecutivo en la sede de Viamonte.
También el presidente de Lanús apuntó que «hay que tratar de no parar el fútbol de Primera División y las categorías de Ascenso. Estamos en un momento muy difícil. Cada uno desde su lugar tiene que aportar para generar las medidas. Es imposible parar el campeonato, porque no hay fechas y venimos de un año muy duro en lo económico».
En esta línea, desde la AFA prometen ajustar controles para corroborar el cumplimiento de las pautas preventivas. El objetivo está claro: después de un 2020 casi sin actividad, lo peor que puede suceder es que la competencia se suspenda. Por eso, aseguró la entidad que preside Chiqui Tapia, «se elevará un informe al Tribunal de Disciplina a fin de que obre conforme su competencia» en cada inspección.
Desde el Gobierno siguen el tema con atención y el Ministerio de Turismo y Deporte, a través de Matías Lammens, le envió una carta a la AFA para ajustar protocolos y controles ante el rebrote de coronavirus y desde Viamonte rápidamente tomaron medidas.