“Creo que el slogan de ‘no se inunda más’ claramente lo tenemos que derribar porque la Ciudad de Buenos Aires continúa inundándose y cada vez lo hará con más frecuencia si seguimos profundizando en soluciones que son absolutamente obsoletas, atrasan más de un siglo y si seguimos planificando la ciudad en función de los grandes intereses inmobiliarios”, aseguró la coordinadora de la cátedra libre de Ingeniería Comunitaria de la UBA, María Eva Koutsovitis.

“La CABA tiene una particularidad porque está y desarrolla sobre el curso de importantes arroyos que de norte a sur son el arroyo Medrano que pasa por San Martín, Tres de Febrero, Vicente López y, luego, a la altura del norte de la Ciudad de Buenos Aires”, explicó Koutsovitis.

“Después, tenemos también el arroyo Vega que nace y muere en CABA. Luego, nos encontramos con el arroyo Maldonado que aproximadamente se desarrolló debajo de la avenida Juan B. Justo; y, finalmente, en el sur de la Ciudad tenemos un conjunto de arroyos que forman parte de un sistema mucho más grande que es el de Matanza-Riachuelo”.

Seguidamente, dio datos que aportan a su argumento: “La realidad indica que en la Ciudad de Buenos Aires al año llueven 1.250 milímetros. y durante los noviembres llueven aproximadamente 120. La inundación de hace quince días fue de 45 mm y, en algunos barrios, de 60, pero no fue un evento súper extraordinario como para colapsar la CABA y mostrarnos una vez más las fotos que vemos frecuentemente que son los autos flotando en los sapitos”.

Asimismo, Koutsovitis subrayó: “Estos años han sido de seca, estamos atravesando una sequía muy importante y, por lo tanto, en 2019, 2020 y 2021 ha llovido mucho menos de lo habitual y, sin embargo, la CABA se inunda. Es más, muchas villas porteñas se inundan cada vez que llueve, pero sucede que no son noticia”.

Finalmente, criticó la actitud de la gestión del Pro: “La lógica del gobierno porteño es intervenir con estas megaobras de infraestructura que son estos conductos gigantescos donde podrían entrar apiladas varias camionetas. Además, estas obras solo pueden construirlas unas pocas empresas que obtienen un enorme negocio y estos túneles son muy ineficientes para el régimen actual que tenemos de lluvias”, detalló. 

Para cerrar, sintetizó: “Estas obras que atrasan un siglo, con datos de lluvia que atrasan más de treinta a cuarenta años son costosísimas, además de obsoletas. Sin embargo, estas obras que cuento, la CABA las impulsa para evitar inundaciones, pero no sirven para nada, excepto para gastar plata”.