El ex presidente de la Cámara de Diputados de Cambiemos, Emilio Monzó, reconoció que la alianza que llegó al poder en 2015 “no estaba preparada para gobernar” porque había sido meramente un acuerdo de figuras para derrotar al kirchnerismo. Reivindica su paso por el proyecto que gobernó al país hasta 2019, pese a repudiar el uso de la AFI para espiar a opositores (incluido él mismo), pero afirma que no lo haría de nuevo y apuesta por un pacto entre los “moderados” de las distintas coaliciones políticas como salida para el país.
En entrevista con Página 12, el dirigente reconoce que hoy está fuera de Juntos por el Cambio (al que define como un “esquema electoral” que dura unos pocos años y que no tiene “consistencia ni ideológica ni ninguna identidad”) aunque mantiene diálogos con referentes como Horacio Rodríguez Larreta, Rogelio Frigerio, Nicolás Massot y Sebastián De Lucca, en busca de construir un proyecto “moderado”.
“Lo primero que hay que hacer es salir de la permanente reivindicación del pasado y empezar a hablar del futuro. Nuestra mayor responsabilidad es armar una dirigencia con volumen político donde la moderación sea el factor común y que esté integrada por Martín Lousteau, Rogelio Frigerio, María Eugenia Vidal y Cristián Ritondo, entre otros. Si logramos formar esa mesa y que esa mesa conduzca la alternativa política creo que es un paso muy importante para nuestro país. Son todos dirigentes producto de la democracia, producto de la tolerancia y el diálogo. Si Cambiemos o Juntos por el Cambio pasa a ser una posición reivindicadora del pasado yo siento que no voy a ser parte”, explica.
Crítico de las tensiones que plantea el ala más “dura” de JxC, representada por Bullrich o Macri, sostiene que también el presidente Alberto Fernández “convive con gente que extrema las posiciones”. Para Monzó, la situación se resuelve “resuelve poniendo lo que hay que poner”: “La solución tiene que ver con alguna crisis y con alguna rotura. Yo tomo la expresión de (Joseph) Schumpeter, destrucción creativa. Hay que destruir lo construido que está parido con la génesis equivocada y parir algo nuevo con una conducción distinta. Lo mismo apuesto a que haga Alberto, que transite hacia el centro y junte ese volumen político que no lo extreme”.
En este sentido, consideró que las posiciones del ex presidente Mauricio Macri y la vicepresidenta Cristina Kirchner son “mucho más fuertes y extremas” y que tanto Larreta como Fernández tienen que “resolver” ese problema, generando “volumen para transitar hacia el centro”. “El gabinete de Alberto es un gabinete de moderados. Wado de Pedro, Mario Meoni, Gabriel Katopodis, son figuras que conozco de toda la vida y son moderados. Del otro lado tenés a Ritondo, Vidal y Rogelio Frigerio. Cuando vos ves eso decís: ¿cómo mierda no nos podemos poner de acuerdo? Cómo puede ser que no nos podamos sentar en una mesa y comenzar a dialogar en el corto plazo, cómo no nos podemos poner de acuerdo de acá a diciembre”, explicó.
Respecto de su participación en Cambiemos, Monzó afirma que no se arrepiente, aunque reconoce haber sufrido “mucho la tensión con diferencias de fondo que tuve con el Gobierno en ese momento”. En cuanto a la denuncia por las operaciones de espionaje ilegal sobre su persona y otros dirigentes políticos de Cambiemos que llevó adelante la AFI comandada por Gustavo Arribas, consideró: “Eso ya está. Me espiaban. El que se tiene que arrepentir es el que me mandaba espiar. Me generó un impacto negativo, en mi familia especialmente, es una sorpresa cuando te enterás de lo que estaba sucediendo. Pero eso no quita todo el resto de lo vivido. Ahora si me preguntas si lo repetiría, te digo no”.
Hacia el futuro, el ex presidente de Diputados propone: “Ahora hay que armar una alternativa de gobierno, no una oposición de gobierno. Entre el 2011 y el 2015 el país reclamó una oposición al kirchnerismo, se armó con lo que se pudo y se ganó, pero no se estaba preparado para gobernar. Ahora, del 2019 al 2023 hay que armar una alternativa de gobierno. Hoy sobran figuras para hacerlo. En 2015, toda la sociedad pedía que todo el mundo se junte para ganarle al kirchnerismo, hoy creo que también, yo no estoy con esa posición. Muchos dicen hoy, otra vez, tienen que unirse, pero el tema es unirse para qué. Unirse para ganar y nada más, no. Nos tenemos que unir y prepararnos para hacer algo mejor de lo que se está haciendo hoy. Unirnos sólo para ganar, es repetir el error de 2015. En esta etapa no estoy para armar un esquema electoral que triunfe frente al kirchnerismo, sino un esquema que triunfe y que esté preparado para gobernar”. En este esquema, además de los dirigentes mencionado, Monzó suma también al vicejefe de Gobierno porteño Diego Santilli, al senador Martín Lousteau y al ex gobernador salteño Juan Manuel Urtubey.
En relación con el presente debate sobre la quita de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires, consideró que “no tiene nada que ver con pensar a mediano y largo plazo”. Y agregó: “Eso tiene que ver con un cortoplacismo que beneficia a un territorio en desmedro de otro. Eso tendría que haberse logrado en base al acuerdo de los dos actores políticos principales que tiene esta situación grave. Alberto y Larreta, son dos actores que nos dieron un ejemplo de convivencia política frente a la pandemia. Lo del jueves no me gustó desde el punto de vista de las formas porque seguramente afectará la relación, aunque espero que no, de actores que a toda la Argentina nos tenían con la ilusión de que se podía pensar políticas a mediano y largo plazo”.
Monzó sostuvo que Alberto todavía cuenta con el “crédito” derivado de su triunfo electoral y que por eso “aún está a tiempo de convocar a un pacto”: “Es la única alternativa. La diferencia es que hoy Alberto tiene siete u ocho actores de la oposición que están dispuestos a sentarse en una mesa seria que tenga políticas públicas claras a mediano y largo plazo”.
Y concluyó: “Cuando el Gobierno abraza a Rodríguez Larreta, el 80 por ciento de la sociedad empatiza con eso. Cuando nos vamos de esa mesa, la sociedad comienza a mirar a los extremos. Hay que consolidar el centro. Si Alberto se corre hacia el centro va a tener una gran recepción en los dirigentes de este lado. Hay algo raro, la gente consume conflicto, pero vota moderación. La gente consume personas beligerantes en televisión, pero cuando vos los encuestás la gente elige moderados. Esto no pasa sólo acá, pasa en todo el mundo. Alberto ganó porque era el candidato más moderado. Si Macri se hubiera corrido y la candidata hubiera sido Vidal no tengo dudas, ya sé que es contrafáctico, de que hubiera ganado ese espacio. Alberto es el moderado que gana la elección, por eso quiero que Alberto siga siendo el moderado que generó esa expectativa”.