La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal,  reconoció que "estas dos semanas fueron de preocupación en la gente, de angustia y hasta miedo porque cuando uno ve que el dólar sube, enseguida se asusta".

Sin embargo, disparó en contra de la herencia: "Recibimos un país con muchas dificultades entonces es difícil definir cuál es el peor momento y, aún con estas dificultades, sigue siendo el mejor camino posible".

Se trata de un proceso "gradual" que depende del financiamiento: "El que marca el ritmo es el que nos presta el dinero. El mundo sigue apostando por la Argentina pero nos dice que vayamos un poco más rápido". Y agregó que será "tan rápido como sea posible para llegar y tan lento como sea necesario y seguro".

En declaraciones televisivas, Vidal explicó que el objetivo está en reducir "el gasto que la Argentina, desde hace más de 70 años, no puede pagar porque gasta más de lo que ingresa".

En esta sintonía, destacó la importancia de "hacerlo de a poco para que sea lo menos difícil de transitar posible y para proteger a los que menos tienen que son los más vulnerables". Y criticó que nadie presentó "una propuesta seria y responsable de cómo reducir ese gasto que nos acompaña hace más de 70 años".

Por último, manifestó que desde la Gobernación en estos dos años le tocó "dar peleas muy incómodas porque tenían costos y riesgos personales" y que le tocó, entonces, "que algunos sectores estén enojados con las políticas" que llevan a cabo. De todos modos, se mostró contundente dado que, para ella, "son las medidas que ahora necesita la Argentina".