La frase pertenece a Jorge “Alorsa” Pandelucos, pero bien podría ser de algún personaje de las Crónicas del Ángel Gris de Alejandro Dolina. Alorsa fue el líder, compositor y la voz de La Guardia Hereje, el grupo que a comienzos de milenio devolvió a los escenarios nacionales el género musical que define la identidad nacional en el mundo: el tango.
Barajar y dar de vuelta, pero usando el mismo mazo de cartas. Empezar un nuevo siglo con la música que fue la banda de sonido de las primeras décadas de nuestro país. Para Alorsa, el tango era la trinchera a la invasión musical del techno o los grupos vocales creados en concursos de televisión extranjeros.
Como un mesías, el hereje decía que la guardia de nuestra identidad le pertenecía al tango. Ese que nació en conventillos, hijo de inmigrantes, crecido en prostíbulos porteños y consagrado en los teatros más reconocidos del mundo. Ese mismo tango que después fue vendido al mercado for export por grandes valores que lo devaluaron en programas berretas de televisión; ese que fue bailado por cuerpos de ballet que no sabían quiénes eran Pichuco, Goyeneche o Julio Sosa.
Todos esos quisieron sacar tajada del tango y al hacerlo, lo transformaron en un pentagrama anacrónico, lo oxidaron, lo metieron en un corsé de voces engoladas que lo cantaban, pero no decían nada. Y si el tango no dice, o peor, olvida cómo decir, pierde su identidad por completo.
Alorsa supo que el tango merecía volver a ser oído por nuevas generaciones. Él entendió que, para lograrlo, tenía que hablar el idioma del presente, con un lenguaje que combinara el lunfardo originario y el argot de la calle del nuevo siglo. Y lo sabía porque él había mamado ese lenguaje como buen chófer de taxi que era.
Y uno piensa “podría haber escrito canciones como la del taxi de Arjona” ... Por suerte le cayó la ficha (¿del taxímetro?) y eligió ir más allá de las letras cursis para transformar en canciones y recitados memorables el material de La Guardia Hereje a partir del 2002.
Hasta el año 2009…El corazón de Alorsa se paró el 31 de agosto del 2009. Siete años son poco tiempo para cualquiera, excepto para artistas como él: sin caretas o posturas de divo, le devolvió al tango la identidad con la que había nacido.
Si el tango en sus inicios tuvo plumas como las de Enrique Santos Discépolo, Homero Expósito o Cátulo Castillo (entre otras), la nueva generación iba a tener a Alorsa como vanguardia. Sin dudas, Jorge fue el ariete que tiró abajo las puertas que tenían encerrado al tango y lo trajo otra vez al ruedo para torear contra los cornudos que atacaban y siguen atacando al espíritu de la música.
Alorsa ya no está, se fue… Seguro se fue de gira… Pero como él decía, el tango siempre está volviendo… Y el 14 de septiembre vuelve el tango… ¡Y que bufen los eunucos!